Nuestra visión del oficio

La intervención del pintor firma el fin de la obra. En interiores como en exteriores, está encargado de dar a las paredes y techos su apariencia final. Por eso tendrá que colmatar las fisuras antes de pulir para luego cubrir la superficie y aplicar el revestimiento elegido por el cliente.
 

Sus principales características

Un verdadero sentido de la estética

El pintor domina numerosas técnicas como la pintura con brocha o bien con llana, los efectos de materia (patina, arrugado, esponja...) pero también la ilusión óptica. Debe de ser capaz de aconsejar a los clientes en la elección de las pinturas o barniz a aplicar: matiz de colores, acabados mates, satinados o lacados.

Cuidado y discreción

El oficio de pintor impone a veces de trabajar en edificios ocupados. La discreción es indispensable para así no molestar a los ocupantes de la vivienda o del lugar de trabajo. Consciente de aportar el toque final en la obra, el profesional es meticuloso y garantiza el resultado esperado.

Cualidades requeridas

Precisión, paciencia, habilidad, escucha y cualidades relacionales.